Nuestro entorno.
La masía Bartomeu ocupa una superficie de 30 ha. Y está situada en cotas de entre 28 y 50 m sobre el nivel del mar.
Su superficie está cubierta por cultivos de vid, olivos y algarrobos y un bosque mediterráneo de pino carrasco y carrasca y con una importante presencia de palmito y algunas encinas. Todo ello forma una isla de vegetación en una zona urbanizada, que sirve de refugio a la fauna cada vez más presionada por el hombre.
En 2001, sensibilizados por la progresiva degradación de nuestro entorno y con el espíritu de preservar su biodiversidad, conseguimos ser declarados REFUGI DE FAUNA SALVATGE por el Departament de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya, con una superficie total de 50 Ha.
En 2012 hemos iniciado la conversión de toda la finca al cultivo ecológico, bajo el control del Consell Català de la Producció Ecològica (CCPAE). El cultivo ecológico excluye todo tipo de tratamientos con productos quimicosintéticos (herbicidas, pesticidas y abonos) que perjudicaban también nuestra fauna a fin de mantener el equilibrio ecológico.
Flora.
Está compuesta por plantas que pueden resistir las condiciones de sequedad veraniegas.
En el paisaje predominó el bosque mediterráneo donde el árbol más abundante es el pino blanco, pero también veremos encinas y acebuches.
El sotobosque es compacto, espeso y punzante, con, plantas de hojas pequeñas y duras como la coscoja, el lentisco o mata, las estepas y la zarzaparrilla son predominantes en el paisaje así como el palmito (la única palmera europea) y el agave americana.
En primavera florecen las plantas aromáticas como la lavanda, tomillo, romero y orquídeas salvajes (Ophrys lutea y Ophrys Sphegodes) y en invierno las flores del brezo.
Fauna.
Las especies animales presentes son numerosas, especialmente insectos, pájaros y algunos pequeños mamíferos, anfibios y reptiles. Muchas son especies autóctonas declaradas protegidas en la Ley de protección de los animales de la Generalitat de Catalunya.
Destacamos la jineta (Genetta jineta), el zorro común (Vulpes vulpes), el jabalí (Sus scrofa) aves rapaces como el gavilán (Accipiter nisus), el ratonero común (Buteo buteo), la lechuza (Tyto alba), el autillo (Otus scops), el mochuelo (Athene noctua) y el chotacabras (Caprimulgus europaeus).
También es un refugio para tres especies de lagarto: el común (Lacerta lepida), el verde (Lacerta viridis) y el ocelado (Timon lepidus), y de aves migratorias como las abubillas (Upupa epops), los abejarucos ( Merops apiaster), vencejos (Apus apus) y golondrinas (Hirundo rustica).
Disponemos y mantenemos una balsa natural de agua que sirve de abrevadero durante la estación seca y donde se observan diferentes especies de serpientes tanto de agua (Natrix natrix) como culebras (Gen. Coronella) y serpientes blancas (Elaphe scalaris) y anfibios como el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), el sapo común (Bufo bufo) y diferentes especies de ranas.
Clima.
Típico mediterráneo, con veranos calientes y secos con una media de 25 ºC, y otoños lluviosos y con días frecuentemente ventosos.
Los inviernos son suaves y templados por la proximidad del mar con una media de 10 º C y heladas muy poco frecuentes.
Temperatura media anual de 16,6 º C
Promedio de temperatura máxima de 22,2 º C
Promedio de temperatura mínima de 11,6 º C
La precipitación anual es escasa (200 a 600 mm / año) y siempre concentrada en otoño, con lluvias intensas y, a veces, torrenciales.
De octubre a abril sopla el mistral (de componente noroeste). Es un viento seco y tibio.
Debido a nuestra situación sobre una colina delante del mar, se alternan los dos vientos predominantes: la marinada es el viento que sopla del mar hacia tierra desde el mediodía hasta que oscurece, después de un período de calma comienza a soplar el terral en dirección contraria, hacia el mar. Todso estos factores crean un microclima especial, las plantas reciben humedad del mar pero están bien aireadas.
Suelo.
El suelo es calcáreo, muy permeable pero de gran diversidad en diferentes zonas de la masía.
En gran parte de la finca está formado por una capa de tierra delgada que cubre una roca muy blanda llamada tapassot que dificulta el cultivo, es en esta capa de tierra más escasa y pobre donde se cultivan los algarrobos.
La roca madre aflora en el bosque e históricamente fue utilizada como cantera. Las oscilaciones del nivel del mar durante el Cuaternario nos ha dejado restos de fósiles como testigo que estas tierras estaban cubiertas por el mar en aquel tiempo.
Las viñas ocupan la parte más baja, donde la tierra es más rica y contiene más materia orgánica. Pero tampoco aquí toda la superficie es homogénea, las hondonadas son más arcillosas y mantienen mejor la escasa humedad. Esta variedad de suelos y texturas en un área tan pequeña favorece la personalidad de nuestros vinos, además los suelos calcáreos son los ideales para el cultivo de la vid.